IR DE COMPRAS

IR DE COMPRAS

Se suele decir que, quando eres triste, tienes que ir de compras por ponerte feliz (Olvided el chocolate y el alcohol).

Pero, cuando hay las rebajas, màs que una tarde de entretenimiento, parece una guerra: gente que te empuja, gente que te tira, codos en tu costillas y tacones en tu dedo gordo.
¡Dolorrrrrrr!

Pero, a pesar del calor (30°), hoy fue una de las tantas mujeres enloquecidas para las rebajas y me probé un nùmero inimaginable de vestidos.

¿Qué compré? Pues, cuesto sì que es extraño: ¡casi nada! Casi...

Un esmalte gris (fue la locura del momento, porque creo que nunca me lo pondrè), una falda larga (y, otra vez, creo que fue el calor, porque se sabe, si no eres alta como una modela es mejor si no te pones vestidos largos) y tres postales.

¡Elena, puedes hacer mejor que asì!

Y, en verdad, no creo que las postales se puedan considerar compras (que, habitualmente, son superfluos como mi esmalte gris y mi falda larga): ¡tengo que progresar!

Tapas y cañas y vino tinto

Tapas y cañas y vino tinto

Se sabe, España es famosa en todo el mundo por su tapas y su cerveza.

Asì, casi al final de mi adventura española, y es decir después tres semanas, he ido a tomar cañas y a comer tapas con mis compañeras de piso y un otro amigo que es también un estudiante americano.

Ayer por la noche fuimos a “Grupo Tapa-Caña”, un local cerca del ayuntamiento en la calle Rafael Altamira, donde los miercoles y domingos se pueden comer tapas por 0,90 centésimos y beber cañas por 0,30 centésimos en lugar de 0,60. Super barato!

Asì, comì unas tapas, y la que me encantò es como una croqueta de espinacas con mermelada de tomate.
¡Deliciosa!

Jenn, una de mis compañeras de piso, tomò una caña con fanta al gusto de limòn (que, he descubierto hoy, se llama “clarita”) y cuando la probé me encantò: ¿còmo es posible que nunca habìa bebido algo asì en mi vida?

Después de la(s) caña(s) y de las tapas, fuimos en un local a beber una copa de vino tinto: el Laderas de el Sequé y el camarero nos diò tambièn una degustaciòn de Jamòn Serrano:  no hay palabras para describir mi amor.

¡Olvided la dieta y comed tapas (y vino tinto y cerveza)!

Dulce es no hacer nada.

Dulce es no hacer nada.

Sì, como la canciòn.

Màs dulce hay solo el azùcar. Y, en mi opiniòn, es un poco demasiado dulce. La perfecciòn es el relax fìsico Y mental. La combinaciòn perfecta, el equilibrio màximo.

Dulce es no hacer nada.

-¿NOS CASAMOS? -VALE.

-¿NOS CASAMOS?

-VALE.

El estereotipo dice que los hombres italianos son romànticos y un poco fanfarrones, los españoles romànticos y apasionados y los franceses, romànticos y buenos besadores.

La palabra recurrente es, sin duda, “romànticos”.

Pero, cuidados, ser un hombre romàntico no es una enfermedad –como cree la mayorìa de los hombres-: no temàis ser afectuosos y apasionados, ¡nos gustan hombres asì!

Si mi novio (Ryan) me dijera –¿Nos casamos? , asì, sin flores, sin anillo de compromiso, sin mùsica le dirìa –NO.  (Pobrecito Ryan)
Madre del amor hermoso, ¡tiene que ser un poco romàntico!

No es verdad que las mujeres aman a quienes no se enamoran de ellas: nos gustan los HHHHHombres. Sì, con 5 haches asì son màs masculinos y no van a tener vergüenza de ser romànticos.

En realidad, no creo que a los hombres le falten romanticismo, es que es otra cosa de el romanticismo feminino de las mujeres.

Personalmente, me encantan los hombres que abren la puerta a las mujeres, que regalan flores y que cocinan. Màs que hacerme reìr, mi pareja ideal, tiene que hacerme estar a mis anchas. Siempre. (Otra vez, ¡pobrecito Ryan!)
Pero, las flores y el anillo de compromiso...

...Y el barco...

Pollo a las almendras

Cocinar es una de las cosas que màs me gustan.
Pero, sòlitamente, es algo que prefiero hacer en mi casa (Italia), donde puedo relajarme y donde sè que estoy en mi abitaciòn.
Lo extraño, es que hoy, por el almuerzo, he cocinado pollo a las almendras. Y ahora vivo en Alicante. :)
Quien me conosce, sabe que no soy una amante de la carne, però el pollo asì me encanta.

Ingredientes para dos personas:

- Pechuga de pollo
- un puñado de almendras
-Cebolla
- Salsa de soja
- Sal
- Aceite EVO
- Harina
- Pimienta
- Jengibre

1)          Cortar la pechuga de pollo en filetes pequeños y ponerlos en la harina.  Picar la cebolla y el jengibre, anadirlos al pollo junto con el aceite.

2)          Adjustar de sal y de pimienta y dejar cocer 10/15 minutos (depende da cuanto son pequeños los filetes de pollo).

3)          Tostar brevemente las almendras (¡sin aceite!) –tostar, no freìr- en una wok.

4)          Cuando el pollo està cocido, añadir las almendras y la salsa de soja (dos cucharadas).